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En la actualidad existen multitud de factores culturales que hacen la Violencia de Género se perpetúe en nuestra sociedad.
Vivimos en una sociedad jerarquizada donde el hombre representa el poder y el control, y la mujer la sumisión y el servicio. Donde todo esta dualizado y predeterminado para el dominio del hombre sobre la mujer.
Desde bien pequeños se van enseñando distintos roles dependiendo del sexo de los hijos, esto hace que posteriormente se extrapolen a las futuras relaciones.
Esto puede generar, en futuras relaciones, en una perdida de la “mismiedad” de la mujer, la cual deja de ser ella misma, entregándose a la unidad familiar, cambiando su actitud y perdiendo sus proyectos vitales.
Todo esto puede ir degenerando, y en función del dominio impuesto por el hombre, la mujer puede ir perdiendo su red social, viéndose separada de sus antiguas amistades y únicamente relacionándose con la red social del hombre.
El sometimiento del hombre comienza cuestionando cada acción de la mujer, aumentando su control peldaño a peldaño. Cualquier disminución del control ejercido por el hombre sobre la mujer, dispararía la alerta del hombre incrementando el riesgo del maltrato.