“Gabriela” es una novela basada en un caso real, concretamente en una experiencia propia. He cambiado nombres, lugares y sexo de los personajes para respetar la privacidad de las personas involucradas, pero todo lo referente a las experiencias narradas por Gabriela son reales.
La novela consta de parte de narrativa, parte de frases de personajes célebres y parte testimonial, ésta última compuesta por artículos y testimonios reales de personas que hayan pasado por relaciones tóxicas, PAS y personas con TOC, además de un número de psicólogas exponiendo características del maltrato y dando su opinión sobre el comportamiento de los personajes en diversas escenas.
Cuando salí de esta relación en la que me basé para la novela, estaba muy mal, aun así, quería poder arreglar las cosas. Fue cuando mi psiquiatra, al que acudí por ataques de ansiedad y depresión, me puso en alerta del tipo de persona que parecía ser mi ex, cuando comencé a abrir los ojos. Desde entonces, tanto familiares como amigos me han dicho lo mismo. Otro psicólogo a quien acudí, lo mismo. Las psicólogas consultadas para la novela, lo mismo. Incluso muchos de los testimonios de personas que habían pasado por relaciones tóxicas parecían contar mi propia historia. Mi corazón aún intenta creer que en verdad no fue mala persona y que simplemente se equivocó, pero mi sentido común, junto a todos testimonios, tanto de profesionales como los que no, me dan a pensar que realmente sufrí maltrato psicológico, aunque me cueste aceptarlo.
La historia de Gabriela es sencilla: dos personas quedan atrapadas en un ascensor cuando éste se avería y, para matar el tiempo hasta que los saquen de ahí, comienzan a hablar y ella le cuenta a él su historia con su última pareja.
La novela pretende ayudar, ya no sólo económicamente a modo de donación, sino psicológicamente a personas que hayan pasado por ello o estén en una situación similar. Que vean que no están solas, que hay muchas personas en esa misma situación y que se puede salir, aunque sea duro. En la novela hay, diseminados a lo largo de sus páginas, datos concretos y explícitos para identificar las actitudes de un maltratador o de un abusador emocional. Hay mucha información y muchos testimonios, y es, como me dijeron en una crítica, “casi una terapia de grupo”.
Una vez hice una encuesta por Twitter. Pregunté quiénes de entre mis seguidores habían sufrido maltrato (no necesariamente con golpes físicos) o habían estado en una relación tóxica. El resultado fue escalofriante. Un 90 % respondieron que sí lo habían sufrido, por lo que parece ser algo que está mucho más extendido de lo que se piensa.
Es un libro sencillo de leer, económico, benéfico y, sobre todo, es real.