Pasábamos por un pasillo frío y triste, donde se respira la desilusión y desanimo cada minuto del día, y de golpe escuchamos “que bien huele, huele a libertad”. Yo creo que esa expresión espontanea lo dice todo y nada calla, os lo explico.
La semana pasado tuvimos el gran honor de participar en la presentación del proyecto “Las Invisibles”, un proyecto que nace desde la propia sociedad y donde nos hemos unido multitud de personas profesionales en diferentes materias para ponernos al servicio de las mujeres que cumplen condena en la cárcel de Badajoz.
España es el país de la Unión Europea con mayor tasa de mujeres en prisión. En las cárceles españolas hay unas 5.130 penadas, solo un 7,81% de toda la población reclusa. En comparación con el número de hombres (unos 60.529) las mujeres son una minoría.
Una cuestión importante es: ¿qué supone “ser mujer y cumplir condena en una cárcel diseñada para hombres”? Solo hay cuatro centros para mujeres en toda España. El resto de presas se hacinan en módulos femeninos dentro de las prisiones de hombres. En las cárceles masculinas, las presas están normalmente en el mismo módulo, no hay clasificación penitenciaria, y tienen menos acceso a los recursos de las cárceles.
Las Invisibles nace tras el conocimiento de una iniciativa denominada «A las olvidadas» realizada por el colectivo ‘teta & teta’ de recogida de libros para donarlos al Módulo de Mujeres del Centro Penitenciario Madrid V en Soto del Real.
Desde que conocimos el proyecto, nos enamoramos de él. Un auténtico flechazo, por los grandes objetivos que se podían conseguir, tanto a nivel educativo, como social, y lo hemos complementado con una serie de actuaciones directas en el módulo de mujeres de la cárcel de Badajoz que nos permitirá poder dar un refuerzo a las mujeres que en ella se encuentran y facilitar su estancia y reinserción.
El principal, VISIBILIZAR a estas mujeres, de ahí el título que lo presenta: “A las Olvidadas”, porque esa es la realidad. Además, transmitirle, a través de los libros, que tienen derecho a rehacer sus vidas, a no cargar con el estigma social, a que no están solas, y que, por sororidad, muchas personas nos unimos a sus reivindicaciones y derechos.
Sufren la doble condena, la que va más allá de los muros. Su condición de “mujer” agrava su reinserción e integración socio-laboral, familiar, económica,… el castigo a las mujeres presas va más allá de la privación de libertad».
Así, «Las Invisibles» es una iniciativa de recogida de libros para donarlos al Módulo de Mujeres del Centro Penitenciario de Badajoz, con el objetivo de alejarlas mentalmente de su realidad, pero también para generar reflexión y debate en torno a un colectivo de mujeres invisible para la sociedad.
El proyecto “Las Invisibles” pretende ser mucho más que la donación de libros, queremos que la experiencia que les ha tocado vivir a las mujeres reclusas del centro penitenciario de Badajoz pueda ser aprovechada para dar un giro en sus vidas. Para ello hemos preparado una serie de talleres gracias a la colaboración primordial de muchas entidades y personas, pero esto seguro que no es todo, ya que este proyecto está abierto para que toda persona o entidad que quiera participar y aportar su granito de arena pueda hacerlo: Taller de Lectura, Taller de Escritura Creativa, Taller de Refuerzo Educativo, Taller de Técnicas de Autoconocimiento, Taller de Inteligencia Emocional, Taller de Teatro, Taller de Mindfulness, Taller para la expresión de emociones por medio del arte, Taller de Elaboración de Itinerario Sociolaboral, Taller Me RESPETO y RESPETO, Taller para la mejora de la Alimentación.
Todo esto, y mucho más que está por llegar, gracias a la implicación personal de muchas personas:
Todo el equipo tuvimos la ocasión de presentar el proyecto en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés el pasado 7 de febrero, y donde damos nuestro más profundo agradecimiento a El Corte Inglés por su disposición inmediata y su inestimable colaboración realizando la recogida de libros en sus instalaciones. Tenemos que dar nuestro agradecimiento en especial a Miguel Luna y su compañera Teresa que nos han atendido de una manera que nos han hecho sentir especiales. Un millón de gracias por vuestra disposición y entrega.
Posteriormente, el viernes por la tarde, acudimos la mayoría del equipo a presentar el proyecto a las mujeres que son sus beneficiarias, y aquí es donde ocurrió la magia, donde los sentimientos salieron a flor de piel y mas de una y de uno dejo correr alguna que otra lagrimilla. Donde una de las reclusas dijo la expresión que al principio os comentaba cuando nos vieron entrar, ¿quien sabe? lo mismo conseguimos hacerlas sentirse libres dentro de los barrotes.
A ellas les explicamos todos los proyectos que tenemos preparados para ellas y fue tal la acogida que estaban dando las 7,15 de la tarde ( a las 7,30 h. cenan y suelen utilizar la media hora antes para realizar las cosas que tengan pendientes antes de cenar ya que seguidamente las encierran en sus celdas hasta el día siguiente) les costo el despedirse de todo el equipo. La verdad es que es indescriptible la sensación que todos sentíamos algo difícil de explicar. Todas las personas que entramos en las cárceles a ayudar a quienes están cumpliendo condena seguro que sentimos lo mismo, y lo único que se me ocurre para explicarlo es que la cárcel engancha, vamos a dar y recibimos mucho más.
Si crees que tienes algo que puedes aportar a este proyecto o simplemente quieres donar un libro ponte en contacto con nosotros en el correo alma@asociacion-alma.es o en el teléfono 672161756. Te esperamos con los brazos abiertos.