Quienes se ocupan de la violencia de género andan muy preocupados por el aumento de esta lacra entre los adolescentes. Y aquí y allá aparecen propuestas de intervención en los centros docentes. Pues bien, los puntos que, a continuación se redactan, vienen a ser indicaciones a tener en cuenta en esas intervenciones cerca de los adolescentes. Y esas ideas no provienen únicamente de la reflexión que proporcionan los diferentes estudios sobre el tema publicados. Fundamentalmente esas indicaciones provienen tanto de mi página web “Adolescentes SIN Violencia de Género” –y su muro de Facebook– como de las numerosas charlas y coloquios que a lo largo de estos dos últimos años he desarrollado en numerosos centros docentes.
- Hemos sido conscientes del crecimiento de la violencia de género entre los adolescentes cuando han aparecido las primeras encuestas, informes y estudios. Conviene, pues, no alarmar a los adolescentes en las intervenciones, como si ese fenómeno negativo fuese cuestión de estos tiempos actuales.
- Tengamos en cuenta, asimismo, que los adolescentes viven en la “burbuja de las redes”. Viven en ellas, son sus instrumentos de comunicación –positiva y negativa-, y reciben su influencia negativa en muchos casos.
- Por consiguiente, si queremos llegar a ellos debemos hacerlo en sus mismos instrumentos de comunicación.
- Y si se examinan las encuestas se observa:
- Que rechazan los actos de violencia física
- Que no reconocen como violencia de género otras acciones que sí lo son. Luego es muy importante hacerles llegar los distintos medios y actos de violencia de género, los indicadores de la presencia de la violencia de género en sus relaciones.
- Y se observa, en esas encuestas, que muchas de las manifestaciones de vivir entre ellos la violencia de género o de justificarla no son sino vivencia de los estereotipos que ven en su propia familia y en los medios de comunicación.
- Y subrayo este aspecto para evitar una culpabilización que recaiga directamente en ellos
- Una observación que puede extrañar a muchos:
- Se les habla, y se hace con insistencia, de la Ley Integral
- No está de más que conozcan sus existencia
- Sin embargo, para que se considere la relación afectiva entre adolescentes como “similar”, según señala el artículo 1, la jurisprudencia del Tribunal Supremo exige permanencia en el tiempo y proyecto de futuro
- Difícilmente se les podrá aplicar la Ley Integral
- Lo que no quiere decir que no se cometan delitos que se pueden juzgar de acuerdo con la Ley del Menor y lo establecido en el Código Penal
- No abrumemos a los adolescentes con las leyes
- Insistamos en la igualdad y en la vivencia de una relación afectiva responsable.
- Y propongamos, además de los conceptos esenciales, a los adolescentes medios prácticos para que puedan prescindir de los elementos que perturban una relación afectiva responsable y la convierten en una relación que expresa desigualdad, machismo –fíjense ustedes que no hablo de violencia de género, sino de desigualdad y machismo, y lo hago porque “violencia de género” la entienden los adolescentes como algo propio de adultos, como simple violencia física-
- Facilitemos a los adolescente los teléfonos a los que pueden acudir a consultar
- Pongamos en conocimiento de los adolescentes las aplicaciones prácticas para móviles sobre la violencia de género entre adolescentes
- Estas aplicaciones contienes los indicadores de la presencia en las relaciones de la violencia machista, consejos para actuar y dónde acudir para pedir ayuda y consejo
- Junto a todo ello procuremos formar a los padres y orientadores escolares en el tema. Si las campañas invitan a los adolescentes a contar sus problemas para salir de ellos –“Cuéntalo”-, facilitemos la suficiente formación e información a quienes van a ayudarles
- En definitiva, procuremos que los adolescentes sean “protagonistas de su propio historia”, que sepan lo que les sucede y que responsablemente lo resuelvan.
Proyecto Adolescentes SIN Violencia de Género, un espacio en red para informar y sensibilizar a los adolescentes desde su lenguaje, haciéndoles partícipes del mismo.