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De acoso en la calle, en las playas, en las piscina. Me explico. Temporada de playa. Llega el “acosador”. Bueno, llega el machista de turno a la playa. Y como machista, en su intención está el mirar a las mujeres, y hacerlo cual si fueran “objetos” de un almacén para comprar como regalo, en este caso para “regalarse a sí mismo” un cierto “placer sexual”. Como “cosa”, como “objeto”, así considera el machista –unos más y otros menos- a la mujer, ser inferior al hombre y a “su disposición”.
Llega a la playa y lanza su “mirada-radar”, Es decir, observa donde están las mujeres tomando el sol; donde están las que “se pueden “mirar mejor y más de cerca”. Localizados sus “objetivos”… ¡a por ellos!
¿Exagero? Muy poco, casi nada. Solamente describo unas realidades presentes en las playas y piscinas, Quizás la primitiva explicación no sea “la mirada radar”. Pero… ¡el machismo surge “ante la simple presencia” de las mujeres, seres inferiores y a su disposición!
Y tal actitud también es “acoso callejero”. ¿Lo es? Lo es, porque la mujer se siente “mirada y oteada”. ¿Alguien piensa que las mujeres no captan –sin mediar palabras o gestos- esas miradas lascivas, obscenas, injuriosas? Pregunten y lo sabrán.
Por ello, considero que incluir la actitud –“mirada radar”- en el acoso callejero como un conducta más, puede ser oportuno. Y puede ser oportuno para que quienes acosan sepan que se está pidiendo una acción decidida del Gobierno para sancionar toda clase de acoso, de conducta delictiva, de desigualdad. Al menos, algún que otro machismo cuidara sus acciones para no ser castigado legalmente. ¡Se creen tan superiores que un “toque de atención legal” les desconcierta, y hasta es posible que les haga pensar.
PD. Si quieres sumarte a la campaña contra el acoso callejero, firma aquí: change.org/p/gobierno-de-españa-no-al-acoso-callejero-queremos-que-se-reconozca-como-delito-notienesmipermiso