Es esperanzador escuchar estas palabras y más si vienen de un Ministro del Gobierno de España, pero me gustaría analizarlas un poquito tan solo.
Comienza diciendo que desde su llegada, la lucha contra la violencia de género es un prioridad para el Ministerio del Interior, lógicamente también indica que es una prioridad para las unidades específicas de los cuerpos de seguridad, faltaría más. Está afirmación es muy pero que muy importante, pero al mismo tiempo, bajo mi punto de vista, creo que es incierta, y me explico.
Por supuesto que es importante para las unidades de la Policía Nacional, Guardia Civil y demás cuerpos de seguridad implicados, pero siento decir que para el ministerio no veo que sea importante dado que no dota de los recursos necesarios a dichas unidades para poder desempeñar su labor en condiciones. Falta de personal especializado, falta de recursos y obligaciones de atender otras funciones hacen que estas unidades no puedan actuar con la diligencia y con la profesionalidad necesaria, no por que las personas que forman estas unidades no quieran, si no porque les es materialmente imposible hacerlo.
Un ejemplo, la unidad UFAM de la Policía Nacional de Badajoz tiene que atender a tantas mujeres que cada policía tiene una media de más de 70 mujeres que atender, algo imposible de realizar en condiciones como podéis comprender, pero es más, si uno de estos policías se pone enfermo o coge sus merecidas vacaciones, ¿Qué ocurre con las mujeres que atiende? muy sencillo pasa a otro compañero/a lo que supone que este tenga a su cargo más de 140 mujeres. Y a esto tienen que sumar las distintas labores, como acompañamiento a menores, que tiene asignada esta unidad, lo que indica que no es prioritaria la lucha contra la violencia de género.
Sinceramente, como podéis observar, no se aprecia ninguna prioridad en erradicar la violencia de género por parte del Ministerio del Interior.
Creo que ha quedado claro que para ser prioritaria una cosa no solo hacen falta palabras, también son necesarios hechos, los cuales por el momento no se han dejado ver. Pero quiero decir alguna cosa más. Tuvimos la oportunidad de reunirnos con el Ministro Marlaska junto con las Asociaciones Amar y AIVIG, y la Secretaria Nacional de Igualdad del Csif, donde, además de hacerle una demostración del Dispositivo Camuflado de Auxilio que estamos desarrollando junto a la Universidad de Extremadura, le pusimos sobre la mesa un informe de como se tendría que facilitar la denuncia a las mujeres víctimas de violencia de género.
En dicho informe indicábamos que en muchísimas ocasiones las mujeres llegan hasta la puerta de la comisaría o hasta la puerta del cuartel de la guardia civil y se daban media vuelta por multitud de razones, pero sobre todo en el ámbito rural por el miedo a ser vistas por convecinos y que ello pudiera llegar a oídos de su pareja o expareja.
Para solucionar esta situación y facilitar que las mujeres puedan poner tranquilamente la denuncia pusimos sobre la mesa una solución práctica y sencilla, con costes relativamente escasos y que perfectamente se puede ejecutar en un corto espacio de tiempo. Lógicamente no se ha llevado a cabo por los costes que causarían su implantación, pero digo yo, ¿no sería mejor destinar los recursos económicos del Pacto de Estado contra la violencia de género a dar soluciones concretas en lugar de repartir calderilla entre los ayuntamientos? ¿Para qué le vale a un ayuntamiento recibir 600 euros del Pacto de Estado? ¿Para ayudar a las mujeres víctimas de violencia de género? Os lo aseguro que no, tan solo les vale para organizar alguna charla o taller, repartir unos folletos y quedar ante sus votantes como que luchan contra la violencia de género, pero por mucha concienciación que tengan con esos escasos recursos económicos poco pueden ayudarlas.
Si verdaderamente se le quiere dar prioridad a la lucha contra la violencia de género no se puede meter todo lo que se relaciona con la Mujer en el cajón desastre de las instituciones públicas y hay que destinar más recursos materiales, económicos y humanos.